martes, 19 de noviembre de 2013

Bitácora de Buenos Aires (paréntesis)

Hoy me levanté temprano, ayer abandone el canning agotado y temprano. Dormí muy bien, me levanté a eso de las 9:30 y comencé a arreglar la casa, ordenar, lavar limpiar, barrer, lavar las camisas, descolgar la ropa que lave ayer. Fui durante hora y media una mujer florero. Estuve feliz, porque ya le cogí cariño a este pisito de la calle Guardia Vieja, en Almagro. Entonces salí camino a la Boca. Créanme que estaba reticente a ir, es que siempre me parecio que era un sitio que representaba más un epitafio del Tango y Maradona. igual me obligué y tome el bus con una viejecita que me indico cuál era. Conversamos todo el camino hasta La Boca, lejos del de almagro. Me contó de su viaje a Perú, a cusco y el Macchu Picchu, también el tramo de Alemania a Francia donde le robaron el bolso de mano. conversamos de Grau, de San Martin, de su esposo y de mi padre. Hablamos de como evitar robos y me describió el complejo habitacional en el que vive en La Boca. Me indico mi parada y que debía caminar hasta el estadio, luego a la izquierda. Caminé hasta lllegar, por la vías del tren, al barrio. Parece un set de Hollywood o como debe ser el safari de disneylandia. Bajé por una plazuelita y llegué a una esquina donde andaba un Bandoneonista y dos parejas de baile. Él tocaba bien y las parejas me gustaron porque hacían un tango salón, calmado, acompasado, tranquilo y con una u otra pose de tango para la foto. Me senté en la acera del frente para verlos un ratito. Me paré y dejé una propina. Luego me acerqué a ellos, cuando el tango había acabado. Ella dio un paso al frente me sonrió y me dijo: "Una foto?" Yo le dije que no: "Prefiriria bailar contigo" a lo que el bandonoinaste dijo: "ha bueno.... la tarifa para bailar son de 500 dólares", yo respondí: "sólo tengo diez pesos....", y los mostré sacándolos del bolsillo. Las miradas se fueron hacia la bailarina, que tenía que decidir. Sin dejarme de mostrar su sonrisa, yo la vi directo a los ojos., dudaba entre bailar con un tipo que puede ser un perfecto imbécil y puede llenarla de pisotones, o por el contrario un tipo que sepa bailar el tango. Asintió el bandoneón sonó y empezamos a bailar, muy tranquilos, en los dos metros cuadrados del cartón. Bien, y dos turistas, que estaban como cuando uno despierta a una polilla, aplaudieron tímidamente. Después saque mi botella de agua y me senté junto al bandoneón, vi bailar y escuche muchas canciones, mientras el bandoneonista de canción en canción me hablaba. Asi andube un rato y nos despedimos de beso. Quería sentarme en esas mesas que dan a la calle y ver un rato el lugar. Como es bien chiquito lo recorres en un tris, habían mujeres y hombres vestidos de tango para que les pagues y te hagan una foto, chucherías a granel y gringos aburridos por todas partes. El padre de un párvulo de 13 años contrató los servicios de una señorita de unos veintiocho años, vestida de rojo, con tacones, medias en red. pelo negro y esponjoso y de rouge la boca. El chiquito casi se desmaya cuando el argentinón le subió la pierna hasta sus partes nobles. Como no encontré lugar en el que me sintiera cómodo para sentarme a tomar una cerveza. opte por regresar a la esquina anterior y tomarme una cervecita. Al llegar los tres tangueros me sonrieron y me pedí la cerveza y me senté a tomar la cerveza en el sitio que ocupe anteriormente, en la calle, en las gradas del boliche. El bandoneón y yo hablamos bastante de tango en tango y la bailarina participaba el bailarín también. El de los botones y los fuelles me dijo: "a ver cuál es este tango?", "el once"decía yo, "tal?" el viejo, "arrabalera" le dije, y así continuamos, Me contó también de los tres pibes: " los tres pibes del Bandoneón : "...son los tres "pibes" famosos en los albores del tango, el pibe Maffia, el de Flores y el pibe Fresedo, el de La Paternal y ultimo, el pibe Marcucci, el de wilder..." Le pdí vida mía y me la dedicó, yo cantaba los bailarines bailaban y unos niños de unos cinco años estaban de público con sus maestras. Él me dijo: "esto es el futuro, hay que cuidarlo, toqueños algo para ellos,,,," y tocó el arroz con leche en su Bandoneón, yo acompoñaba con las palmas el ritmo. Por último tocó la cumparsita y bonus track del pañuelito. Abandoné la Boca confirmando mis temores de que el tango alli estaría muy manoseado por la nesecidad y fulgor de los turistas. Menos mal se salvó una esquina, si van a la boca, visiten mi esquina, alli esta muy vivo el tango.

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